lunes, 16 de febrero de 2009

A veces no sé donde se acaba el sueño


Soñé que decidías, después de pensarlo con detenimiento, que esto había llegado a un punto poco conveniente.
Y la pesadilla continuaba cuando yo me resignaba y borraba todas las huellas de tu paso por mi vida. Salía a la calle, iba al trabajo y saludaba a los conocidos con los que cruzaba.
Me desperté con una tristeza profunda; por tu decisión y por mi absoluta resignación.

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