martes, 7 de julio de 2009

Distintos


Se tuvieron que conocer en un accidente. No tenían nada en común.
Él, alto. Ella, baja.
Él, sin un duro. Ella, con su hucha de niña.

Los gustos eran tan dispares que más que gustos eran disgustos. Si los ves juntos nunca pensarías que fueran pareja.
Él viste como si el Che Guevara siguiera vivo. Ella como si en el mundo sólo hubiera boutiques.
Nadie daría ni un céntimo de euro por ellos.

A ella le hace un sol de risa en la boca cada dos segundos. Él no se toma a broma ni un chiste.
Él cree que el mundo es un desastre. A ella los conflictos planetarios le dan igual, sólo le interesa ser feliz de la mañana a la noche.
Él es incapaz de ir de un sitio a otro en línea recta. Ella es especialista en recorrer las distancias más cortas.
Él cree que en el trabajo están conjurados contra su persona. Ella es el alma de su empresa, mejor que comprar flores cada día.
A él le encanta el cine húngaro con subtítulos en croata. A ella le van las comedias ligeras y odia los subtítulos.
Él nunca lee un libro de menos de 600 páginas, se los estudia. A ella le encantan las revistas de la peluquería.

Nadie daba ni la hora por ellos, pero llevan años juntos.
Misterios del amor.

César Casal

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