Dicen  que si te amputan una pierna puedes seguir sintiendo cómo se mueve, cómo  te pica. Y cómo duele. Y que no soportas que nadie ni nada invada el  lugar que debería ocupar tu pierna. 
Creo que con las personas que han  formado parte de ti y que has perdido, sucede exactamente lo  mismo: sentimos cómo se mueven, cómo pican, cómo duelen. 
Y no soportamos  que nadie ni nada invada el lugar que deberían ocupar.
 
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario