sábado, 26 de mayo de 2012

No me conoces, reina

No tienes ni idea de lo que soy capaz porque no vuelvas. 
En serio, ni idea.

jueves, 24 de mayo de 2012

Apuesta




Siempre apuesta lo que no necesites
Albert Espinosa
Si tú me dices ven...

domingo, 20 de mayo de 2012

Lo que solo ocurre una vez es como si no hubiera ocurrido.




La vida humana acontece solo una vez y por eso nunca podremos averiguar cuáles de nuestras decisiones fueron correctas y cuáles incorrectas. En la situación dada solo hemos podido decidir una vez y no nos ha sido dada una segunda, una tercera, una cuarta vida para comparar las distintas decisiones.
Milan Kundera
La insoportable levedad del ser

martes, 15 de mayo de 2012

En efecto




... y el recuerdo del amor aún es, incluso al cabo de décadas, amor
John Connolly
El poder de las tinieblas

martes, 8 de mayo de 2012

Y siempre están ahí




Cuando se abandona una línea férrea no se quitan las vías. Quedan bajo hierbas y matorrales señalando la ruta.
Nadine Gordimer.
Nadie que me acompañe

domingo, 6 de mayo de 2012

Cerca


Madres e hijas son más cercanas cuando las hijas se convierten en madres. 

viernes, 4 de mayo de 2012

Solo




Estar solo porque se quiere estar solo nunca es soledad. Soledad es estar solo sin quererlo.
Eloy Moreno
El bolígrafo de gel verde

miércoles, 2 de mayo de 2012

Sueños




Además de explícitos, aquellos sueños eran hermosos. (...) El sueño no es sólo un mensaje, sino también una actividad estética, un juego de la imaginación que representa un valor en sí mismo. El sueño es una prueba de que la fantasìa, la ensoñación referida a lo que no ha sucedido, es una de las más profundas necesidades del hombre. Ésta es la raíz de la traicionera peligrosidad del sueño. Si el sueño no fuera hermoso, sería posible olvidarlo rapidamente. Pero ella regresaba constantemente a sus sueños, volvía a proyectarlos, los transformaba en leyendas.
Milan Kundera
La insoportable levedad del ser

martes, 1 de mayo de 2012

Por lo que a mí respecta






Por lo que a mí respecta -y aquí llego a mi confesión-, me interesas muchísimo. La verdad no sé porqué, pero sí sé que se debe a algún motivo especial; y también sé lo absurdo que es este interés. No resistiría un encuentro, no importa tu aspecto, tu edad, cuánto del considerable encanto de tus mensajes pudiera traerse a una posible cita, y cuánta de la gracia con la que escribes tengas también en las cuerdas vocales, en las comisuras de la boca y en las aletas de la nariz. 
Sospecho que este "tremendo interés" se alimenta única y exclusivamente de la bandeja de entrada. 
Es posible que todo intento de dejarlo salir de allí fracase de modo lastimoso.
Daniel Glattauer
Contra el viento del norte