Además de explícitos, aquellos sueños eran hermosos. (...) El sueño no es sólo un mensaje, sino también una actividad estética, un juego de la imaginación que representa un valor en sí mismo. El sueño es una prueba de que la fantasìa, la ensoñación referida a lo que no ha sucedido, es una de las más profundas necesidades del hombre. Ésta es la raíz de la traicionera peligrosidad del sueño. Si el sueño no fuera hermoso, sería posible olvidarlo rapidamente. Pero ella regresaba constantemente a sus sueños, volvía a proyectarlos, los transformaba en leyendas.
Milan Kundera
La insoportable levedad del ser
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