Llueve. De nuevo.
Ha estado lloviendo todo el día, desde la mañana. Ha sido una  mezcla entre lluvia intensa y pertinaz. Me encanta respirar el aire  limpio que se mezcla con las gotas que rebotan en la barandilla del  balcón. Saben a limpio, como tú. A medio día el cielo estaba oscuro como  si alguien lo hubiera cubierto con una lona y el mundo entero se teñía  de una pegajosa humedad. Aún siento tus labios sobre los mios. Aún puedo  respirarte en mis dedos. En mi lengua. Pero no se lo digas a  nadie. Shhhhh.
 

 
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