Encontraré aquella pulsera de hilo que llevaste en tu muñeca durante años, alguna botellita de aquella colonia que anunciaba tu llegada segundos antes de que hicieras entrada en cualquier lugar, entradas de nuestras tardes de cine, conciertos o exposiciones, las etiquetas de los regalos que nos hemos ido haciendo a lo largo de estos años...
Los billetes de nuestros viajes en metro o el ticket de aquella cena en la que supe que pasaría contigo el resto de mi vida.
Sentiré entonces cuánto he crecido, a tu lado, ofreciéndote lo mejor que he podido obtener de mi misma.
Y volveré a cerrar los cajones esperando poder llenar cientos como esos, juntos.