A todo me he entregado como si fuera a durar.
Con cada persona, cada casa, cada ciudad
firmé un contrato escrito sobre la piel.
Para decir adiós he tenido
que arrancarme las cláusulas a tiras.
Así ha sido una y otra vez.
Con cada persona, cada casa, cada ciudad.
La letra pequeña se esconde ya entre cicatrices.
Ana Pérez Cañamares
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