Por fin has llegado a vernos sonreír...
miércoles, 28 de abril de 2010
miércoles, 21 de abril de 2010
Lágrimas
Cuando nacemos, si rompemos a llorar, todo el mundo se preocupa por nosotros. Todos se desviven por consolarnos. Aprendes que si lloras, alguien te atenderá y te hará sentir bien. Pero de repente, un día, alguien decide que por mucho que llores, no te saldrás con la tuya. Y a partir de ese instante, tus lágrimas yo no provocan mimos, ni abrazos, ni consiguen que alguien venga a arroparte cuando tienes frío.
Es entonces cuando empezamos a aprender, amargamente, que llorar no sirve para nada. Que por muchas lágrimas que derramemos, nadie nos entenderá, ni se preocupará por nosotros.
Y lo aprendemos tan bien, que se nos olvida llorar.
Y sólo lo hacemos a veces, y cuando nadie nos ve.
Es entonces cuando empezamos a aprender, amargamente, que llorar no sirve para nada. Que por muchas lágrimas que derramemos, nadie nos entenderá, ni se preocupará por nosotros.
Y lo aprendemos tan bien, que se nos olvida llorar.
Y sólo lo hacemos a veces, y cuando nadie nos ve.
martes, 20 de abril de 2010
sábado, 17 de abril de 2010
martes, 13 de abril de 2010
Síndrome de Peter Pan
Supongo que en la vida llega un momento en el que te conviertes en adulto. De repente, puedes votar, beber, fumar, trabajar, desilusionarte... Y otras cosas que suelen hacer los adultos.
De pronto se espera que seas responsable, que crezcas y, sin rechistar, maduras.
Nos hacemos mayores, responsables.
Pero nunca lo hacemos del todo. Por que, en general, seguimos con los mismos problemas y temores que cuando teníamos 15 años: por mucho que crezcamos y maduremos, seguimos tropezando, dudando, devorados por la inseguridad.
Es el encanto que tiene conservarse joven: cagarte de miedo cada vez que suena el despertador, cuando el móvil recibe una llamada inesperada o cuando el amor de tu vida te dice que te quiere mirándote a los ojos.
De pronto se espera que seas responsable, que crezcas y, sin rechistar, maduras.
Nos hacemos mayores, responsables.
Pero nunca lo hacemos del todo. Por que, en general, seguimos con los mismos problemas y temores que cuando teníamos 15 años: por mucho que crezcamos y maduremos, seguimos tropezando, dudando, devorados por la inseguridad.
Es el encanto que tiene conservarse joven: cagarte de miedo cada vez que suena el despertador, cuando el móvil recibe una llamada inesperada o cuando el amor de tu vida te dice que te quiere mirándote a los ojos.
lunes, 12 de abril de 2010
lunes, 5 de abril de 2010
viernes, 2 de abril de 2010
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