miércoles, 27 de octubre de 2010

Muy profundamente


Profundamente herida. Tantísimas veces. Hasta que a la larga se decía que lo odiaba. Mucho antes de su muerte y de las terribles circunstancias de su muerte había llegado a odiarlo. Hacía mucho tiempo que había olvidado cómo en otro tiempo él la adoraba, cuando ella era una niñita y él, a veces, parecía quererla.
Joyce Carol Oates
La hija del sepulturero

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