viernes, 7 de noviembre de 2008
Y yo que pensaba que sólo tú eras así...
No tenía razón, no es que él resultara tan increíble que pareciera de mentira. No, él mismo era una mentira, porque, en esencia, toda su vida no había sido más que una empecinada pero fallida manipulación de la realidad.
Leonardo Padura
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