La manera en la que una persona te trata es el reflejo exacto de lo que siente por ti.
Solo tienes que observar.
La manera en la que una persona te trata es el reflejo exacto de lo que siente por ti.
Solo tienes que observar.
Es mejor así.
Trago recuerdos y alzo la cabeza, segura del camino que he elegido.
Me cuesta creer algunas cosas que la realidad me presenta, dudo mucho, pienso y vuelvo a pensar, dándole mil vueltas a las mismas cosas.
¿Hasta dónde puede llegar la franqueza de una persona?¿Por qué de la noche a la mañana el mundo es otro distinto al que conociste?
No sé.
No estoy segura de muchas cosas pero sé que es mejor así.
Y que todo irá bien.
Lo mismo me pasa cuando veo el primer fallo en las relaciones que tengo establecidas, me paro a analizar y a diseccionarlas. Las piezas no vuelven a encajar.
Después ya no funcionan.
Se nota cuando alguien te quiere tener cerca. Se nota mucho más cuando quiere estar lejos.
Es peor cuando se nota que le da igual.
No me vas a echar de menos en vacaciones, un sábado de vinos o en una fiesta de cumpleaños.
Soy el tipo de amiga a la que echarás de menos cuando duela, cuando tengas miedo o cuando tu mundo se ponga patas arriba.
Y vas a echarme de menos.
Da igual que sea una máquina, una casa o una
relación: el mantenimiento siempre
es más barato que la reparación.
Pocas cosas duelen más que darte cuenta de que una de tus personas favoritas se convierte en una nueva lección de vida.
Cuando sientas que lo estás perdiendo todo recuerda que algunos árboles pierden todas sus hojas cada año y, aun así, se mantienen erguidos esperando la llegada de días mejores.
(Proverbio japonés)