jueves, 26 de junio de 2008

Torturada

Que difícil...

Pero me parece que aún es más difícil quedármelo para mí sola. Supongo que por eso lo hago. Tú siempre me preguntabas en qué momento empecé a quererte. Empecé a quererte exactamente cuando llamaste para decir que me dejabas. De hecho fue en ese preciso momento quando olvidé el amor que sentía antes. Me olvidé de la ternura y... y el sexo... de tu lengua. Me di cuenta de que lo que había sentido antes no era más que el simple reflejo de lo que es el amor. Descubrí que no te había querido nunca. De repente pensé en aquella tortura que practicaban en Francia. ¿Sabes qué hacían? Ataban las extremidades de una persona a cuatro caballos y los azuzaban en direcciones diferentes. Pues así es como me sentí. Así es como me siento. Ahora ya sé lo que es amar. Te amo con esa clase de amor que había rezado por sentir cuando era una adolescente y que ahora rezo por no volver a sentir. Nunca más.
No lo sé.
Sólo quiero que sepas como me siento. Y no, no te creas que lo que quiero es volver a intentarlo. No. Sólo... Sólo quiero que sepas como me siento. No quiero que tu sigas con tu vida sin saber como me siento. No lo soporto.

En fin.
Creo que ya está.

Cosas que nunca te dije


No hay comentarios: