Lo primero que desapareció de ti fueron tus orejas, de eso hace ya algún tiempo, y no sé cómo no me di cuenta antes, quizá no quise hacerlo, el caso es que ahora sé que fue lo primero que desapareció.
A tus orejas siguieron tus manos, de eso una mujer se da cuenta enseguida, yo lo hice, pero no quise pensar lo que vendría después; como suele hacer todo el mundo cuando no se quiere dar cuenta de lo que está pasando y prefiere disimularlo con excusas que terminan haciendo más daño... o no...
Hace unos dias desaparecieron tus labios, y al final desaparecieron tus ojos... creí que necesitaba tus ojos, que me mirasen, pero no necesito unos ojos que me miren, ni una boca que me bese, ni unas manos que me acaricien y tengo muchas orejas a las que hablarles...
Te estarás dando cuenta de que esto es un adiós, del mismo modo que yo me dí cuenta de todo aquello que fuimos perdiendo.
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