Hoy he soñado que me hipnotizabas, y me hacías ser perfecta.
He soñado que me llevabas de la mano orgulloso por las calles. Y que yo no me tropezaba, no se me caía el asa del bolso y era capaz de seguir el paso subida a unos zapatos de tacón.
Tenía una sonrisa de anuncio, un cuerpo de escándalo y el pelo me brillaba hasta deslumbrar.
Me he despertado odiándote.
Porque me gustan los detalles de mi imperfección, como los lunares de la espalda, y la cicatriz de alguna de mis guerras.
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