Las tormentas hacen que los árboles tengan raíces más profundas.
Cada vez que te sientas extraviada, confusa, piensa en los árboles; recuerda su manera de crecer. Recuerda que un árbol de gran copa y pocas raíces es derribado por la primera ráfaga de viento, en tanto que un árbol con muchas raíces y poca copa a duras penas deja circular la sabia. Raíces y copa han de tener la misma medida, has de estar en las cosas y sobre ellas; sólo así podrás ofrecer sombra y reparo, sólo así al llegar a la estación apropiada podrás cubrirte de flores y de frutos.
Susana Tamaro
Donde el corazón te lleve
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