Los arrepentimientos vienen en todas formas y tamaños:
Algunos son pequeños... como cuando haces algo malo por una buena razón.
Algunos más grandes... como cuando decepcionamos a un amigo,
Algunos de nosotros escapamos del dolor del remordimiento haciendo la elección correcta, dando pasos atrás y enfrentándonos a nosotros mismos y a los que nos rodean y no entienden nuestro comportamiento.
Algunos de nosotros tenemos poco tiempo para arrepentirnos porque estamos demasiado ocupados mirándonos el ombligo.
Algunos ni siquiera nos atrevemos a mirar de frente la posibilidad de habernos equivocado.
Otros seguirán esperando a que los demás tomen iniciativas que ellos no saben cómo tomar.
Algunas veces tenemos que luchar para hacer las paces con el pasado; y algunas veces enterramos nuestro arrepentimiento prometiendo cambiar.
Pero nuestros arrepentimientos más grandes no son por las cosas que hemos hecho...
... si no por las que no hicimos...
... por las cosas que no dijimos...
... que pueden salvar a alguien por quien te preocupas; especialmente cuando puedes ver la oscura piedra que se interpone en su camino.
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